M. del Medio Ambiente comprueba en terreno disminución del ruido gracias a buses eléctricos
Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente, llegó hasta el electro-corredor de Avenida Grecia para medir ruido emitido por los nuevos buses eléctricos y compararlo con el sonido generado por buses a diésel. Todo esto para un reportaje realizado por el noticiario AhoraNoticias, el pasado viernes 11 de enero.
Acompañada por un equipo técnico del MMA, la ministra midió con un sonómetro los niveles de ruido en dos puntos de Santiago: Alameda y Av. Grecia. Además, se tanteó el sonido al interior de un bus eléctrico en servicio. Dentro de los resultados, se detectaron notables diferencias entre ambos tipos de buses.
«Santiago es la segunda ciudad del mundo, fuera de China, con más buses eléctricos. Esto genera un cambio gigante en la calidad de vida de las personas», explicó Carolina Schmidt.
«Hemos hablado con muchos pasajeros y algunos esperan estos (buses), incluso si pasan los otros antes, por la diferencia de comodidad. Creemos que los buses eléctricos son el camino», complementó la ministra del Medio Ambiente.
Así, en ítems como «Aceleración», «Apertura de puertas» y «Circulación», entre otros; el bus eléctrico presentó menores índices (decibeles) que los buses diésel. Las diferencias de niveles de ruido se deben principalmente al ruido generado por el motor diésel de los buses, el cual tiene mayor importancia en la llegada y partida del vehículo, y su circulación a baja velocidad.
«Creo que estamos viendo las últimas compras de buses diésel. Nosotros cambiaríamos toda la flota a eléctrico, pero depende del Ministerio. Por ahora, ya tenemos 102 buses y esperamos sumar más con el tiempo», señaló Humberto Franchini, gerente de operaciones de Metbus; quien acompañó a la ministra durante las mediciones.
«Los conductores se pelean por conducir los nuevos buses eléctricos. Andan mucho más relajados y nos dimos cuenta que el usuario también los cuida más», complementó Franchini.
Cabe mencionar que el 70% del ruido ambiental en Santiago es generado por el transporte vehicular. La electromovilidad, que en Santiago se implementa de forma gradual con la incorporación de 200 buses eléctricos al Transantiago, es una solución concreta para combatir la contaminación acústica.